La normalización del uso de la cannabis, tanto medicinal como recreativa, está transformando la percepción de esta planta en la sociedad. En los últimos años, se ha pasado de la estigmatización al reconocimiento de sus beneficios, gracias a avances científicos y a legislaciones más abiertas.
En el ámbito medicinal, la cannabis ha sido un alivio para millones de personas que sufren enfermedades crónicas o debilitantes. Las investigaciones continúan avanzando, explorando su potencial en áreas como la salud mental, el control del dolor y la neuroprotección.
En el plano recreativo, la regulación ha permitido la creación de mercados legales que generan empleo y fomentan el desarrollo económico. Países como Canadá, Uruguay y varios estados de EE. UU. han demostrado que una industria regulada puede coexistir con campañas de prevención y educación sobre consumo.
El desafío radica en equilibrar los beneficios con los riesgos. La educación, la investigación y las políticas públicas juegan un papel crucial para garantizar que el uso de la cannabis, ya sea medicinal o recreativo, se realice de manera segura y beneficiosa para la sociedad.